El poder mafioso que opera impunemente en Argentina se concentra en determinados espacios. La provincia de Mendoza es uno de ellos. Para ser gráficos: allí nace, crece y se desarrolla el huevo de la serpiente del mal que aqueja a la República. Allí funciona un entramado de funcionarios, operadores políticos y personajes con ropaje de empresarios que conforman una verdadera red de impunidad. Se trata de un importante poder local, con presencia en distintos ámbitos-multimedios, organizaciones financieras, instituciones y emprendimientos empresariales de diverso tipo desde donde se especulan y planifican posicionamientos políticos y “grandes negocios”.
Pero sus lazos y su accionar no se reducen a la provincia ya que las vinculaciones de los consorcios con el poder político y financiero nacional e incluso internacional están largamente probadas.
En Mendoza actúa un grupo de peso constituido, como caras mas visibles, por los empresarios Daniel Vila y Orlando Terranova y el ex funcionario menemista José Luis Manzano, quienes, a su vez, están relacionados con el empresario anticastrista Jorge Mas Canosa (h) y el banquero Raúl Moneta. En las operatorias del grupo también se involucran Enrique Pescarmona, entre otros empresarios, Juan Carlos Mazzón –ex operador de Carlos Corach – y todo un abanico de funcionarios de turno y de poderes tentaculares con que acostumbra a maniobrar la mafia.
Estos personajes oscuros no son solo operadores, sino los arquitectos de los poderes mafiosos mismos ya que construyen y mantienen su lógica de funcionamiento.
Así se dedican a recolectar fondos para campañas políticas, lo que les otorga una inmensa posibilidad de chantaje sobre el poder político, del que pasan a ser –a la vez- un apéndice y una necesidad. A su vez, generan un círculo de medios adictos que sirven a la hora de montar operaciones políticas de todo tipo y a los que terminan cooptando o directamente comprando. Son estos monopolios mediáticos los que se encargan , también de montar campañas de “blanqueamiento” o “recategorización” de los propios integrantes de estos negociados ante la opinión pública.
La globalización es una realidad para este andamiaje mafioso. Se trata de quienes hoy se presentan como los sucesores de la llamada “patria contratista” y mas actualmente la “patria privatista”. Son las corporaciones que se beneficiaron del remate de los monopolios estatales, que hoy interactúan –con ramificaciones impensadas- con el narcotráfico y los capitales ligados al tráfico de armas y que se articulan a partir del Estado Nacional.
El caso del Dr. Oscar Klier –ex titular y fundador de la Universidad de Congreso Mendoza- es una pieza que ejemplifica el funcionamiento de este mecanismo en su totalidad. El Consejo Empresario Mendocino logró apoderarse de la prestigiosa institución académica y convertirla en una pantalla para sus negocios. Este grupo no hubiese podido lograr dicho objetivo sin la intervención de la entonces Ministro de Educación Nacional Susana Decibe. Por lo tanto es relevante señalar que tras un caso delictivo aparentemente “localizado”, se oculta una red de proporciones mucho mayores de la que hemos comentado su modus operandi y que, desde hace tiempo, han despojado a la provincia de los Bancos Mendoza y Previsión y a la sociedad mendocina y a la Nación de la facultad de vivir en democracia, paz y justicia.
La acción de estos poderes tenebrosos atenta contra la noción fundamental de la construcción de una genuina República, tarea en la que estamos embarcados hoy los ciudadanos que luchamos por el establecimiento de un auténtico estado de derecho. La responsabilidad de esta lucha es de todos los ciudadanos argentinos, con espíritu democrático.
Agosto de 1999
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